Seguramente habrán notado que este mes me he retrasado con las publicaciones, la primera razón, por su puesto es la procrastinación, la segunda razón tiene que ver con los resultados de mi postulación a la maestría que publicarán el 29 de este mes.
Mientras trataba de distraerme de los nervios que experimento noté que me evadía de esta cruel sensación de la vida no-haciendo lo que normalmente me estaba habituando a hacer. Así que he decidido terminar con este patrón y me he dado a la tarea de subir los textos que tenía trabajando para este mes, pero no revisé en tiempo para publicarlos. Una procrastinación por otra.
La procrastinación, se rumora, es un descanso activo. Esto lo digo yo aunque otras figuras más populares pueden tener opiniones similares y mejor elaboradas que la mía. ¿Por qué es un descanso activo? Se preguntarán y yo diré, bueno simplemente desplazas tu atención de lo que se supone que deberías atender con algo que también necesita atención. Es como cuando tienes que limpiar tu habitación pero de pronto decides que quieres lavar el baño, ambos son necesarios pero te parece que modificar tu lista de prioridades 'arbitrariamente' es una forma de rebeldía que te hace sentir mejor contigo mismo.
Por ejemplo yo debería estar estudiando temas de lingüística y neuropsicología, pero me he adjudicado la responsabilidad de escribirles a ustedes cada semana un texto. Ahora debería estar escribiendo un texto pero en cambio he decidido ver las películas de Matrix para observar bien los actos que la conforman y la composición que utilizan las hermanas Wachowsky en cada cuadro de la película. Notando que muchas veces usan la lateralidad izquierda-a-derecha para mostrarnos al personaje que está moviendo o empujando la trama mientras que los personajes que se ubican de derecha-a-izquierda son más receptivos y responden a los personajes del otro lado. Y esta regla se rompe cada vez que estamos ante un combate a partir de la segunda película.
Estoy procrastinando, sí, pero al mismo tiempo estoy reflexionando en torno a un tema para escribirles un texto próximo. Quizá para fines de mes o el siguiente.
La cuestión es que mi desatención a las cosas que 'debería' estar haciendo no es total, dado que al tomar la tangente que me distrae de las labores, de hecho es otra labor que usaré con posterioridad. Así que la procrastinación es un descanso de lo que tenías programado, pero también activo, porque sigues dedicándole atención a algo importante.
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