Kingdom Hospital vs Riget


Mi historia con Kingdom Hospital es… curiosa.
Acababa de arribar a las historias de Stephen King, leía de esa estupenda página stephenking.ar todo lo que necesitaba saber para seguir interesandome en las historias de King tras leer las primeras novelas, Misery y Carrie (no recuerdo en qué orden). En alguna de las publicaciones que leí aquellos días estaba la crónica de su seudónimo Richar Bachman o su accidente de 1999, su predilección por Batman, la reseñas de King sobre Breaking bad, House MD y muchas otras recomendaciones que se volvieron clásicos. Cada publicación me convencía de lo ilustre que ha sido Stephen King y sus historias.
Entre las reseñas se encontraba la mención a Kingdom Hospital y reconocí la serie de algunas transmisiones en el canal 40 (en algún tiempo el canal de las transmisiones culturales en televisión abierta). En aquel tiempo no llegué a ver la serie completa. Y durante muchos años no pude hallar algún lugar del internet donde encontrara todos los episodios, doblados o subtitulados (hey que no siempre pude entender el inglés). Hasta este año.


El reino de King
Kingdom Hospital (2004) es la historia de varios pacientes que pasan por el hospital de una pequeña localidad del estado de Maine, donde la ciencia y el misticismo se traslapan, la vida cotidiana de los médicos en sus simplezas y su profecionalismo se funden en la práctica clínica. En estas historias, los enfermos, son los más cercanos a la muerte y sus historias interactúan.
La cuestión con Kingdom Hospital es, ahora que es más fácil de encontrar en línea, ya que la he vuelto a ver por completo me he dado cuenta de que no es tan buena como recordaba. Los momentos más memorables llegan cada 3 o 4 episodios para recordarnos algunas reflexiones importantes sobre la vida y la muerte, sobre la salud del espíritu y el cuerpo. Mi persistencia en poder ver la serie completa alguna vez se había anclado al discurso del jefe de la morgue sobre los muertos y los vivos en el episodio 7. Para cuando llegué al momento del discurso me di cuenta de que había pasado por muchas historias divergentes que tenían poco impacto en el argumento principal de la historia.
Cada episodio King se ocupa de contarnos historias de personajes secundarios y ocasionalmente los da un vistazo de la trama principal. Los detalles del mundo 'upside-down' (sí, como lo vimos 12 años después en Stranger Things), ese infra-hospital oscuro donde ambulan los espíritus y las fuerzas metafísicas del hospital ordinario nunca son explicados ni abordados en los 17 episodios que dura la temporada. Al final de la temporada recuerdan que nos habían prometido un misterio con la niña de la campanilla y lo resuelven con un flashback.
De esta serie solo quedan las alusiones al personaje que sufre un accidente casi análogo al que sufrió King en el 99. El inconstante antagonista que ambula por el infra-hospital, símil de Randall Flag (el antagonista easteregg favorito de King) y el animal místico y totémico antibús (spoiler: anubis). Todos elementos que King imprime de su propia vida. Otros detalles clásicos de King es una historia sobre el beisbolista maldito y el sacerdote mesiánico, episodios que vienen y van como testimonios de la cultura estadounidense, sus valores y supersticiones.


La escoria de Von Trier
Pero luego está la serie original, Riget (1994), un joven Lars Von Trier incursionaba en una historia sobre los extraños sucesos en un hospital de Dinamarca, donde la ciencia y el misticismo se traslapan, la vida cotidiana de los médicos en sus simplezas y su profecionalismo se funden en la práctica clínica. En esta historia los médicos y personal del hospital coquetean constantemente entre la ciencia y el tabú.
Precisamente uno nota que en 4 episodios (de 50 min) Von Trier muestra de forma concisa lo que Stephen King hace durar 17 (de 40 min) porque tiene muchas historias intermedias que le parecen importantes. Pero los elementos principales, los que realmente nos interesa conocer, pertenecen a Von Trier, El médico rebelde que vive en los sótanos del hospital, el médico recién transferido egocéntrico, inseguro y atormentado por sus negligencias, el director del hospital algo iluso y la sociedad secreta que trasgrede las leyes en nombre de la ciencia, el hijo del reconocido médico que solo busca acostarse con la doctora del laboratorio de investigación y por el otro lado los camilleros (y la madre medium del camillero) que verdaderamente habitan el hospital y lo recorren como aun hogar.
La primera temporada es bastante precisa, subtramas bien marcadas: el doctor Sueco gritando 'escoria danesa' porque su carrera está en la ruina, la practicante que mira cine gore todo el tiempo para evitar seguirse desmayando cuando ve sangre, el romance entre el alumno y la doctora del laboratorio no es un constante hostigamiento sino una constante declaración. En fin los diálogos e historias cada vez nos inquietan más y para cuando uno llega al último episodio todo explota en un coro de eventos místico-científicos que lentamente nos preparaban para ver suceder. Al final de cada episodio, un joven Von Trier aparece para dedicarnos algunas palabras haciendo la señal de los cuernos. En una frase: Es muy extraño llegar al final de temporada de Riget.
Pero sí las cosas se ponen muy extrañas en esos primeros 4 episodios. Los 4 episodios de la segunda temporada hacen que todo se vuelva aún más irreal. Creo que esta primera sinopsis deja en claro las diferencias con King. Mientras que en Maine las historias se concentran sobre los pacientes y sus historias, maldiciones personales, en Dinamarca tenemos las flipantes aventuras del personal médico que rosa entre lo inquietante y lo ridículo. Más de una ocasión terminé el episodio preguntándome si me reía porque entendía el humor danés, o me reía por los nervios que me causaba el humor danés.


Cada versión tiene un estilo y un tono muy distintos, pero mientras King quiere contarnos historias de personas, la manera en que el mundo espiritual y el médico se entrelazan haciendo de este hospital un lugar especial… Von Trier quiere mostrarnos como de ridículas son las vidas del personal médico, no pueden lidiar contra la ideología y superstición del mundo y ellos mismos son parte de esas supersticiones. Von Trier se burla de ellos y del espectador convirtiendo los elemento médicos y terroríficos en una parodia de sí mismos.
Es King tan americano como las gorras de béisbol y el pie de manzana. A mí, personalmente me sorprende que King 4 años después de su accidente ya hubiera escrito 15 episodios de una serie sobre hospitales, prácticamente me lo imagino tomando notas y compilando historias de enfermeras y médicos sobre las cosas que suceden en el hospital mientras recuperaba la movilidad de su cadera destrozada y aprendía nuevamente a sentarse, orinar, entre otras funciones corporales.

Hace unos días buscando imágenes de la serie para subir a mis historias en IG me enteré que se prepara una tercera temporada de Riget. De inicio pensé que ni loco vuelvo a meter la nariz ahí. Pero mientras escribo estas líneas, pienso: ¿o no?

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