En vista de que se estrenará una nueva entrega de Matrix, por Lana Wachowski (y la disponibilidad de la trilogía en Netflix) me di un fin para volver a las píldoras que me han llevado por los caminos de la ficción.
Pero una vez inmerso es sus espectaculares detalles, su diseño de ambientes, sus frases memorables no pude evitar notar que, aunque la trilogía completa es una metáfora del mundo computacional, remite poco a la manera en que ha funcionado la web.
En realidad, nunca nos enteramos qué tipo hackers son los personajes. Es decir, la metáfora de los rebeldes como los sobrevivientes que confrontan a las máquinas está ahí, pero dentro de la Matrix todos estos personajes alguna vez fueron hackers informáticos, y nada de ello se ve entre las escenas.
Sabemos que Neo vende software sin licencia, sabemos que Morfeo es buscado por 'ataques terroristas', Trinity que se infiltró en bases importantes, pero nunca los vemos extrayendo o traficando algún tipo de información, filtrando algo. El mundo del internet que conocimos durante los últimos 20 años, los inicios del nuevo milenio tienen poco que ver con la visión que tenía Matrix sobre el mundo computacional.
Solo para empezar, Matrix no análoga siquiera el mundo del internet, sino la propia computadora.
Por supuesto Matrix se gestó a finales de los 90s, iniciando los 2000s, muy pocos tenían idea de cómo funcionaba una computadora, maneo aún el internet, ni hablar de imaginar cómo funcionaría en el futuro. Fue más tarde cuando se gestaron las redes sociales y ha sido durante la última década que la manera en que se mueve la información (no a través de la computación, sino de la internet completa) ha sido el elefante sobre la mesa de toda mesa.
Matrix abordó en su momento mediante ciencia ficción el tema del control. Si bien el marco con el que se expone el tema es la computación, la realidad, la mente y la metafísica, en su base todo el discurso de la historia es sobre el control. Quién tiene el control del mundo (la maquinas), quien lucha por recuperar el control (los humanos), cómo se debaten los métodos, la guerra, la táctica, la ilusión, el diálogo.
Las máquinas tienen el control y creen que pueden mantenerlo convenciendo a los humanos de la predestinación, mientras los humanos creen que pueden recuperar el control a través de su impredictibilidad. Esta es la base para que Morfeo, Trinity y Neo busquen sus opciones entre las irregularidades de la Matrix, los programas computacionales que ha dejado de controlar. Mientras otros programas aseguran que han calculado todas las variables haciendo a máquinas y humanos predecibles. El final de la trilogía nos entrega algo que los estadistas ya sabían desde hace décadas: la predictibilidad no implica el control.
Notemos que aún no hemos salido de la lógica interna de la analogía de la computadora. Matrix plantea la metáfora del mundo como un sistema, elementos interconectados entre sí que con fallas y aciertos mantienen el mundo funcionando. Los rebeldes son quienes burlan y escabullen entre los espacios de este sistema, entrando y saliendo para derrumbarle.
La dinámica se mantiene, los rebeldes actúan, la Matrix estaba preparada, los rebeldes improvisan, la Matrix estaba preparada. La Matrix se ve en aprietos hasta que uno de sus programas sale de su riel y toma el control de todo el sistema, se unen para resolverlo y asumen una misteriosa paz.
En la última década, las redes explotaron en nuestras caras: hablamos de la presidencia de Obama impulsada por las redes sociales, Trump con manipulación y filtración en redes sociales quitó a sus competidores y tomó la delantera en su momento, Cambridge Analytica la joya de la corona demostró que la cantidad de información que regalábamos a cambio de un muro que no le interesa a nadie era capaz de predecir embarazos y diagnosticar enfermedades en tiempo real.
El asalto al capitolio, la desinformación durante la pandemia fueron consecuencia de la última afirmación de Matrix, la predictibilidad no implica el control. Las tecnologías actuales que contaron con toda esa información no tienen capacidad para tomar las decisiones, y quienes tomaron esas decisiones demostraron que los humanos tampoco pueden.
Neo era el único que podía romper las reglas y darle una oportunidad a la humanidad. En la actualidad todos intentan romper las reglas y sencillamente generan caos, todos piensan que tienen la capacidad de decidir.
En su momento la trilogía de Matrix no fue sobre la privacidad y el manejo de la información, los programas centinela como el Agente Smith, a veces eran burlados sencillamente porque no estaban en posesión de toda la información a su alrededor. El problema que enfrenta nuestra sociedad actualmente con el internet y la computación es precisamente el cómo lidiar con toda la información disponible en manos inapropiadas. El debate tecnológico ahora es sobre sistemas que saben todo lo que requieran saber sobre nosotros y la manera en que emplean esa información.
Bueno, estoy muy emocionado por la secuela, y vengo pensando qué podría llevar las cosas al siguiente nivel. Matrix tenía el encanto de insertar elementos de una historia épica en lugares comunes, convirtiendo lo ordinario en algo extraordinario.
Las autopistas eran las junglas, los márgenes más peligrosos, detrás de cada puerta se escondían misterios y pasajes a cualquier lugar. Grandes rascacielos eran los castillos de los programas que controlaban el mundo con la elegancia de la realeza. Cada tatuaje podía ser una señal, cada cuchara una revelación, en cada galleta habría un mensaje. Detrás de una mansión abandonada la entrada y salida al mundo devastado, la verdad, la realidad.
Claro que queremos volver a eso.
Comentarios
Publicar un comentario