Talladega Nights 2006 y The other guys 2010 abordan los estereotipos heroicos, estas dos películas son una dupla de los prototipos de héroe, la primera llevando sus características hasta sus últimas consecuencias y la segunda para ofrecernos el otro extremo.
En Tallageda Nights conocemos a Ricky Bobby, un conductor de Nascar que ha vivido triunfo tras triunfo, con el tiempo se ha vuelto un cretino demasiado confiado de sí mismo, pero cuando pierde todo lo que daba por sentado comienza a darse cuenta del valor que tienen todos los elementos de su vida, tiene pequeñas subtramas sobre sus problemas paternales, sobre la crianza de sus hijos, sobre la amistad y la irreverencia de las relaciones de pareja. Pero una vez más vuelve para arrojarnos los subtextos de la trama a la cara mediante los diálogos, mediante situaciones que esperas que van a representar algo de la vida de Ricky, pero son el medio para evidenciar las tripas del guion, y la construcción del personaje.
McKay nos muestra sin miedo los elementos que conforman los personajes y se justo con nosotros d ela presunción.
Por esto, cuando llegamos a The other guys, inicia mostrándonos a los protagónicos, estereotipos de su propio género, siendo todo lo que se espera de policías cool pateatraseros, McKay se toma este primer momento para romper con la expectativa, para evidenciarnos que tan pronto empieza una historia compramos la mentira y comenzamos a pasar por alto la lógica del mundo real. Los protagonistas cool, los que siempre ganan, mueren en los primeros minutos de la película para dar paso a los otros policías, los de repuesto, the other guys.
Una vez que McKay nos ha abofeteado gentilmente con esta demostración; bueno, chicos no se preocupen, podremos suspender las fronteras de la razón, pero desde el lado de los no-protagonicos, los que tratan de sobresalir a pesar de las condiciones. Por supuesto McKay no quiere aburrirnos con los policías 'reales', aquí también decide jugar al juego de los protagónicos, solo que los tomará de un lugar inesperado, y reconstruirá una figura de protagonista a partir de los elementos que todas las réplicas del género de acción dan por sentado. Para McKay la propia historia es una oportunidad para mostrarte como se construye la historia, todo lo que no habías preguntado porque estabas demasiado acostumbrado para notar que faltaba.
Por supuesto aún podría hablar de sus dos sátiras más extravagantes, Anchorman y Anchorman 2, pero quizá sea mejor dedicarles una publicación propia algún día. En noviembre de este año promete estrenarse Don't look up, con Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, ¿será una comedia?, ¿será un drama o un documental con tintes cómicos?
No tengo idea de lo que aguarda, pero tengo muchas ganas de averiguar lo que hará McKay la próxima vez.
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