Mi problema con el Exorcista

 Debo aceptar que soy muy cobarde con las películas de terror. Una de las pocas películas que he visto por voluntad propia fue The Ring (2002) y fue a causa de que un tío la puso durante una reunión familiar para entretener a todos los bodoques dentro de su pequeño departamento. La película surtió suficiente efecto y su departamento sobrevivió otra reunión familiar. Por aquella ocasión al menos. 

El año pasado me puse de acuerdo con mi hermana (de otra madre) para leer juntos el Exorcista de William Peter Blatty y poder comentarlo. Como es habitual terminé de leerlo un mes más tarde que ella. Pero hubo algunas cosas que me irritaron de esa novela.



Un mundo desde el ojo de un jesuita 

Tal como el autor presenta la historia hay un constante halo de juicios éticos y morales sobre la diversidad de condiciones humanas en las que viven los personajes. Existe, eso sí, un juicio moral sobre las personas y el mundo. Esto es evidente desde las primeras descripciones de Blatty, Burke, el director con quien trabaja Chris MacNeil, es alcohólico y se insinúa que cocainómano, pero eso no es mencionado para reflexionar sobre el estrés o un pasado tormentoso que lo lleva a beber, Burke simplemente es un indecente e inmoral. Es todo lo que se profundiza en la novela sobre este perfil de personaje.

Chris (y el padre Karras) llega a escandalizarse hasta de los camiones repartidores que llevan la cerveza. Por supuesto con la aparición de los personajes católicos esto será más enfático. Sin embargo el tratamiento que se le da a los personajes no-católicos es precisamente el problema, son personajes evasivos, viles, egoístas o desinteresados solo porque sí. No se abordan sus personalidades en ningún momento porque solo sirven para esbozar el ambiente pecaminoso desde el cual Chris y su hija Regan tendrán que afrontar a Pazuzu.


Solo dos personajes tienen alma

Personalmente me gusta leer novelas porque permiten ponerte los zapatos de otros o vivir las experiencias de otros. Reflexionas y piensas desde situaciones que de otra manera serían imposibles o muy remotas de experimentar. Bueno, derivado del punto anterior, es notable que solo dos personajes en esta novela tienen trasfondos reales y diálogos internos reales con los que pueda empatizar o reflexionar: El padre Karras y Chris MacNeil. 

El detective Kinderman parece tener personalidad pero nunca muestra absolutamente nada de sí mismo, y en los momentos en que cualquier personaje detectivesco mostraría rasgos de identidad, simplemente actúa pasivamente. Esto es fundamentalmente porque no es un personaje protagónico, simplemente es usado para hacer avanzar la trama en la segunda mitad de la historia.

Los ayudantes de Chris: Karl y Willi tienen trasfondo pero sus personalidades carecen de impacto en la trama, sus historias solo permiten complicar la sospecha sobre los eventos que ocurren en la casa y la muerte vinculada la posesión de Regan pero ni sus vidas ni las consecuencias de sus actos importan o cambian el desenlace.

Chris tiene la responsabilidad de su hija para sentirse insegura o segura por momentos, pero la mayor parte del tiempo es una madre sin orientación que no sabe a quién creerle.  Por su parte Karras tiene un trasfondo trágico, muestra emociones por la muerte de su madre y siente la obligación teológica de ayudar a Chirs, muestra vínculos con otras personas católicas. Toma deciciones y busca pistas sobre lo que sucede a Regan.




La ciencia relegada a la ignorancia

Finalmente los médicos y psiquiatras que analizan a Regan simplemente están para desinformar. Los psiquiatras usan el psicoanálisis para explicar los comportamientos de Reagan, los médicos y estudios (neuronales) que le realizan a Regan, sirven para el único fin de exponer que los médicos no están seguros de los resultados y podrían significar muchas cosas por lo que sus conclusiones son solo sospechas.

Puedo comprender que en 1971, cuando fue publicada la novela, la medicina no pudiera comprender muchos de los problemas mentales que se han estudiado en las últimas décadas. Pero aquí realmente se enfocan en mostrar médicos tan pasivos que terminan dandole la razón a Chris sobre la posesión demoniaca que está experimentando. 

El lado bueno de la historia es que es fiel a su perspectiva del mundo, sus personajes son congruentes con esa forma de pensar moralina y juiciosa, sin embargo el problema que me queda es que reduce la visión del mundo a un sólo criterio. El criterio católico. Por supuesto, esto intencional o accidentalmente nos da una visión muy sincera de la perspectiva católica, sobre el mundo y la gente.


Y no, sigo sin ver la película aún. 

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